Por Gerardo Delgado, Sr Design Manager
La IA se siente abrumadora no por su esencia, sino por la humanidad que la opera.
De mi experiencia al asistir al festival de diseño OFFF Barcelona 2025 y ver la relevancia e impacto que está teniendo la inteligencia artificial en los procesos creativos, de diseño, arte y publicidad, me pareció importante compartir esta reflexión, donde creo que está la clave para calibrarnos como seres creativos y, más importante aún, como seres humanos.
Entendiendo que la IA es una herramienta, el valor no reside en ella, sino en quienes la alimentamos. Por eso, para obtener resultados que destaquen, tenemos que afinar aquello que nos hace humanos y nos da sentido como individuos.
1.- Todos sabemos mucho sobre algo
No te compares. Es en lo que más te apasiona donde reside tu experiencia; eso es lo que nos hace únicos y nos da valor.
2.-El estilo está dentro de uno mismo
Valora la técnica, las habilidades, el detalle… y también el error.
3.- La importancia de colaborar
Si no perteneces a una comunidad, créala.
4.- Démosle propósito a nuestro trabajo
Siempre que puedas hacer algo por mejorar la calidad de vida de las personas, hazlo.
5.- Ser más humanos
Primero son las personas; al final, el trabajo.
6.- Ser consumidores… y dejar de serlo
Consumir para conocer; dejar de hacerlo para dar espacio a la creación.
7.- Salir de la computadora
No todo se resuelve con tecnología. Haz ejercicio, ve a terapia, desconéctate al menos una vez al año, respeta tu horario de trabajo (una hora extra es por pasión; dos horas, revisa por qué lo haces), ve al cine, a un concierto, a un partido de fútbol… vive fuera de la pantalla.
8.- Encontrar el balance de las cosas
No solo es vivir en equilibrio: también es explorar las posibilidades extremas como tensión creativa y buscar que coexistan para dar forma a una nueva tesis.
En un momento donde la IA se integra cada vez más en nuestra vida y nuestro trabajo, la verdadera ventaja no está en aprender a dominarla, sino en aprender a dominarnos a nosotros mismos. Al final, no importa cuán avanzada sea la tecnología: si perdemos lo que nos hace humanos, perderemos también la esencia de lo que creamos.
