Por Rodrigo Vargas, Head of Finance
Antes de formar parte de D14S, acumulé casi 8 años de experiencia emprendiendo en diversos sectores. Esta trayectoria no solo fue emocionante, sino que también me permitió ampliar mi visión y crecer como profesional. Emprender me enfrentó a desafíos diarios, donde aprender a resolver problemas y adaptarse rápidamente se convirtió en una habilidad clave para alcanzar mis objetivos.
Sé que muchos no podrán considerarse emprendedores natos, pero podemos adoptar algunas características clave de un perfil emprendedor que nos benefician muchísimo en nuestro día a día. La mentalidad emprendedora no es solo para iniciar un negocio; es también para enfrentar los retos y el constante cambio en una industria como la nuestra.
1. Proactividad y toma de decisiones rápidas
Las oportunidades no llegan solas, ¡se buscan! En nuestro trabajo diario, ser proactivos nos permite adelantarnos a problemas o necesidades de los clientes y estar siempre un paso adelante con soluciones creativas. Si fomentamos este pensamiento en el equipo, ganaremos autonomía y seremos más eficientes.
No esperemos que nos digan qué hacer, ¡busquemos soluciones y propongamos ideas nuevas!
2. Capacidad de adaptación y flexibilidad
Los emprendedores viven en constante cambio y saben adaptarse. En un entorno tan dinámico como el nuestro, la capacidad de ajustarnos a las necesidades del cliente, a las tendencias de mercado o a los cambios internos es esencial. Potenciar esta habilidad en el equipo nos hará más resilientes y ágiles.
Abraza el cambio y úsalo como una oportunidad para evolucionar.
3. Creatividad en la resolución de problemas
La creatividad es parte del ADN emprendedor. Resolver problemas de manera innovadora nos lleva a abordar los desafíos desde nuevas perspectivas. En la agencia, eso significa buscar alternativas frescas para superar cualquier obstáculo y generar soluciones que tengan un impacto real.
No tengas miedo de probar algo diferente. A veces, las mejores ideas vienen de los enfoques menos convencionales.
4. Mentalidad de crecimiento
Un emprendedor siempre piensa en cómo crecer y mejorar. Si cultivamos esta mentalidad, podremos mejorar constantemente nuestras habilidades y la calidad de nuestro trabajo. Esto se traduce en mejores resultados para todas las áreas.
Nunca dejemos de aprender. Cada reto es una oportunidad para mejorar. Amplia tu contexto.
5. Sentido de pertenencia y responsabilidad
Como emprendedor, sabes que si no haces que las cosas sucedan, simplemente no pasan. Si no cuidas cada aspecto, el negocio puede sufrir. En nuestro trabajo, aunque no seamos los dueños, el sentido de pertenencia nos motiva a tratar cada proyecto como propio. Cuando lo cuidamos y lo desarrollamos al máximo, no solo crecemos nosotros, sino también la empresa.
Trabaja cada día como si el éxito del negocio dependiera de ti, porque así es.
Hay muchas más habilidades así como experiencias que podría compartir, pero si llegaste hasta aquí puedes ver que forman parte de los comportamientos que buscamos con nuestros valores. Adóptalos ya que no solo sirven en la parte profesional si no en el desarrollo personal.